domingo, 11 de noviembre de 2007

El sábado es...

El sábado fue pensado para que el hombre se desenchufe de la corriente común conectándose a una fuente superior de poder recargando baterías para la semana que viene por delante.
Este paréntesis periódico en el tiempo (que abarca desde el viernes a la noche hasta la puesta del sol del sábado) esta ahí para ayudarnos a valorar lo que en el trajeteo de la semana nos olvidamos de disfrutar. Es el momento donde volvemos a afinar nuestras cuerdas espirituales, y ponernos en sintonía con la radio celestial en medio de un mundo secularizado. Es el día idóneo para disfrutar de la familia y amigos, un día donde nos dedicamos sin ninguna prisa a compartir, charlar, pasear, leer, escuchar música, meditar, orar, amar y tantas otras cosas.
Como el sábado es un templo en el tiempo se debe tener cuidado en las actividades que se realizan en el. Santificar ese día significa abandonar la rutina, las preocupaciones de todos los días, el estrés, para abrirse a la influencia de la eternidad.

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