Quien narra está mirando desde afuera de la historia, es un narrador extradiegético, simplemente describe lo que ve en “la pantalla”.
Además el autor bíblico nos sitúa en una situación especial, cuando el pueblo de Israel sale desde el monte Hor, ubicándonos en la ruta del Mar Rojo, bordeando la tierra de Edom. Los personajes que aparecen en escena son el pueblo que murmura, Dios que actúa y finalmente Moisés, el representante humano del Cielo. Dios le da varias lecciones al pueblo en esta oportunidad: las consecuencias de la murmuración constante; sólo Adonai es quien los sostiene y los libra de las dificultades; prefiguración del Mesías y la trascendencia de su sacrificio.
Encontramos un cuadro: los israelitas que ante su murmuración son atacados por serpientes venenosas y comienzan a morir hasta que reconocen su pecado y Dios le da la solución por medio de Moisés. A continuación presentamos los diferentes planos de esta película apasionante…
Voz en off: “Los israelitas salieron del monte Hor por la ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom. En el camino se impacientaron…y comenzaron a hablar contra Dios y contra Moisés. (Panorámico)
- ¿Para qué nos trajeron ustedes desde Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Estamos cansados de comer este pan liviano! (1er plano)
Voz en off: Por eso el Señor mandó contra ellos serpientes venenosas, para que los mordieran, y muchos israelitas murieron. (Panorámico)
- Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. ¡Por favor ora a Dios para que quite de entre nosotros las serpientes! Dijo el pueblo a Moisés. (Plano medio: Moisés y el pueblo en diálogo)
Moisés intercedió ante Dios por el pueblo y el Señor le dijo:
- Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que hayan sido mordidos que la miren, vivirán. (1er plano: Dios en diálogo con Moisés)
Voz en off: Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos, miraban a la serpiente de bronce y vivían.” (Plano medio a panorámico: Moisés construyendo la serpiente y el pueblo mirando el estandarte)
Al final del relato ocurre una reiteración, recurso literario semita que presenta la realidad y el desenlace de la escena. Se escriben las palabras de Dios a Moisés, y luego se pone de manifiesto que Moisés actúa en consecuencia al pedido de Dios. Se deja de manifiesto un marcado contraste entre la obediencia del líder espiritual y el pueblo “cabeza dura”. Al igual que la fidelidad de Dios al cumplir su palabra.
Sin dudas este suceso histórico es tomado por Jesús en su entrevista con Nicodemo a fin de ilustrar su protagonismo en la historia de la redención humana.
Jesús dio la pincelada justa para que el fichero teológico de Nicodemo se ordenara en función suya. Y esta fue, es y seguirá siendo la clave de la interpretación correcta de las Escrituras y del Cristianismo.
Mirar a Jesús, y al Jesús crucificado es la clave de nuestra vida aquí y en la eternidad.
Simplemente…
Míralo! Él hará lo demás…
Que Dios te bendiga en tu decisión.