sábado, 27 de noviembre de 2010

Reflexionemos - parte 1


La Biblia es un libro espiritual... Meditemos en los textos escogidos de nuestra perícopa a fin de extraer lecciones espirituales para nuestra vida hoy.

Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino”. (Núm 21:4)

Se había hecho necesaria una alteración de la ruta elegida, pues se les había negado el paso por Edom. Ahora estaban en camino hacia Ezión-geber (Deut. 2: 8), dando la espalda a la Tierra Santa. En cuanto a los lugares donde acamparon entre Cades y la región de Moab.

El rumbo de la marcha de Israel se dirigía hacia el sur, pasando por el Arabá, y por la frontera meridional de Edoin, desde donde continuaba hacia el este. Finalmente, volviendo hacia el norte, pasaron al este tanto de Edom como de Moab (PP 454, 461).

Y "en el camino" hubo varios factores para provocar el desánimo. La parte del territorio por el cual estaban viajando, el Arabá, es tina planicie árida sembrada de piedras y arena y generalmente calurosa y seca. Además, sabían que viajaban dando la espalda a Canaán; iban alejándose en vez de entrar en ella.

Lección: Cuántas veces nos hemos desanimado por las circunstancias del camino, de nuestro alrededor. No basta sólo con saber que podríamos estar peor, o en situaciones más difíciles como otros están. Un desánimo que viene acompañado de la desconfianza en Dios, conduciendo al individuo a la frustración y la angustia. Es como un sueño pesado y largo donde tan solo se escucha el silencio de Dios que es ensordecedor. Es muy fácil para nosotros desanimarnos cuando delante de nosotros solamente encontramos “pared”, donde no podemos visualizar una salida de escape…es allí donde…

“Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés:”(Núm. 21: 5 pp.)

Lecciones: Generalmente el desánimo se expresa, hablando y enfocándonos en aquello que no podemos vencer. ¿Quién es el responsable final de todo lo que pasa? Si pensaste en que Dios lo es, eres un ser humano normal y corriente. ¡Bienvenido al club de aquellos que incriminan a Dios en relación al sufrimiento humano! Pero no solamente inculpamos a Dios sino que murmuramos contra sus representantes, porque a ellos los podemos ver.

A raíz de las diferentes viscisitudes de la vida se escuchan frases como: “Eso dices porque a ti no te está pasando”, “que vas a saber tu de lo que estoy sufriendo”, “ojalá nunca te toque”, “sólo yo se cuanto duele esto y lo injusto que es”, “¿para qué vamos a orar si Dios no nos escucha?”, “¿para qué ir a la iglesia si Dios me ha dado la espalda?”, “estoy cansado de orar y orar sin tener respuestas”…

Típico ser humano, enfrentarse a Dios y a sus siervos a fin de reclamarle, en esta oportunidad…

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