Este humilde trabajo pretende brindar información confidencial directamente del archivo divino al corazón humano. Tiene como objetivo mantenerte al tanto de lo que está ocurriendo en la patria celestial. El Editor es Jesucristo. Bendiciones.
jueves, 3 de junio de 2010
Una caricia para el alma
En esta oportunidad compartiremos el interés manifestado por Dios de estar siempre con sus criaturas. En el principio, Dios y el Hombre, tenían una relación cara a cara. Génesis 3: 8 nos dice que “entonces oyeron el andar de Dios el Señor, que se paseaba por el jardín a la brisa del atardecer”, Dios los visitaba periódicamente y conversaba con ellos. Esto nos muestra un Dios cercano, preocupado y ocupado por sus hijos.
Pero nuestros pecados y deslices nos han separado del rostro de Dios (dice Isaías 59:2). Dios nunca se apartó de nuestro lado, fuimos nosotros que nos hemos alejado de su presencia.
Cierta vez una niña fue al parque de diversiones con su padre. Quien antes ingresar le dijo a su hijita: -no me sueltes la mano porque hay mucha gente y no quiero perderte-. Luego, tanta emoción, colores y sonidos absorbieron la mente de la pequeña, y de a poquito fue soltando la mano de su papá sin darse cuenta. Llegó la tardecita, el sol dejó de iluminar y de dar su calor, las luces se apagaron, la gente se fue…la niña se dio cuenta que estaba sola. Lágrimas de angustia recorrieron sus mejillas y comenzó a gritar: -¡Papá, papá! ¿Dónde estás? De pronto, sintió que alguien la tomaba de la mano, y para su sorpresa era papá quien la miró regalándole una sonrisa. ¡Hijita mía, aquí estoy! La niña dejó de llorar y recriminó: ¿por qué me dejaste solita? Y el padre, cargándola en sus brazos le dijo: -siempre estuve a tu lado aunque no lo notaste-.
Este es Dios, un Padre que siempre está a nuestro lado, aunque las lágrimas, la oscuridad y el frío no te permitan verlo. Él está ahí a pesar de que un día nos alejamos de su lado soltando su mano.
Dios no es caprichoso ni empacado. Él quiere estar en contacto con nosotros porque Él nos creó y nos redimió. Siempre estuvo en la agenda cósmica de Dios estar con sus criaturas. Estar con vos y conmigo. Es por eso que siguió manifestándose por medio de un santuario, luego en el templo, y por sobre todo en la persona de Jesús. Lo veremos en esta y en las siguientes publicaciones.
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